miércoles, 24 de junio de 2015

El hombre sin rostro...


Escucho una melodía que me permite escuchar mis pensamientos,
esas ideas en calma que como olas van respetando al mar,
a su fuerza y a la ley de la gravedad...

Imagino por momentos a ese hombre que será mi compañero,
esa persona capaz de provocar mis mas profundos sentimientos,
aquel que logrará transmitir las palabras con solo una mirada.

Cuando en la vida rutinaria la gente busca una pareja,
sin otro motivo que la soledad, me pone a pensar
en lo que yo quiero tener en mi vida y hasta la muerte atesorar.

Que busco en esa persona especial??

Respuestas no encuentro,
todo lo que pido se convierten en exigencias,
en obligar a una persona a comportarse de una manera,
de ser como yo quiero que sea,
estoy acostumbrada a hacer las cosas que se me vienen en gana,
y no educada para ver por los demás,
tan cerrada a aceptar la voluntad de Dios,
y tan abierta a la decepción...

Recordando momentos pasados,
donde he huido de enfrentarme y de los retos,
donde aparecieron los problemas quedandome en silencio,
viendo aquella cara de tristeza en algun amor pasado,
y no tener el valor de decirle: Te amo!!

Dejando que las palabras se las llevara el viento,
dejé de luchar, postré mi espada y se la regale a mi enemiga
la desesperanza y la no invitada soledad.

Ahora entiendo que no he sabido elegir porque no se lo que quiero,
porque reconociendo lo que quiero,
inmediatamente tengo que verme en mi espejo..

qué es lo que yo ofrezco??

Seguro ese hombre quiere respeto,
tal vez necesite palabras de consuelo,
no tener miedo a mostrarse ante mi indefenso.

Tal vez añore que sea cómplice de sus risas,
y hablar un lenguaje que solo entienden dos almas unidas,
compartir los gustos mutuos,
como un rico cafe o desayunar sobre la cama,
planear un viaje juntos manejando en la madrugada...

Esa sombra del hombre que sin rostro imagino,
solo deseo que sea libre y sencillo,
no quiero atarlo a mis caprichos,
ni a mi forma de pensar,
por que entiendo que un esclavo no ama a su dueño,
solo quien es libre puede amar de verdad.

Solo quien puede escoger el camino que desee,
elije aquel que esta comprometido a seguir
porque ama ese camino, y es capaz de renunciar a otros mas...

lunes, 8 de abril de 2013

Sentido de pertenencia en una organización

Algunas organizaciones reúnen muchos de sus esfuerzos para tratar de que su gente logre los objetivos que tienen dentro de la empresa, sin embargo antes de poner en marcha el mecanismo de realización de objetivos encaminados a la misión y visión de la organización creo que es necesario plantearse la siguiente pregunta:

¿Qué tanto nos sentimos parte de…?

Con esto me refiero al sentido de pertenencia, el sentirse integrados dentro de una organización en donde se toma en cuenta al ser humano, a sus necesidades de comunicación, reconocimiento, de sentirse parte importante de “algo”…que es visto, escuchado, guiado, debido a que se encuentra ligado directa e indirectamente a la organización y que ésta se pone en disposición para que este crezca dentro y aún fuera de las cuatro paredes de unas instalaciones. No solamente porque a la empresa le conviene, sino también porque entiende el sentido de la vida, sabe que es importante que su gente se desarrolle como ser humano, de manera profesional principalmente pero que también reconoce que hay una necesidad que va más allá de traducir en cifras su desempeño …

Es ponerse en el lugar del otro, reconocer en su mirada las ganas que se tienen de aprender, estimular su curiosidad, conocer acerca de su vida, sus aspiraciones… exigir en un contexto de respeto, estar atento a sus limitaciones y cuestionarlas, en ocasiones las personas pueden sorprender…es entender que la vida nos pone en el camino que en este momento compartimos, que no hay otra manera de avanzar sino es caminando juntos, fortaleciendo nuestras habilidades, eliminando las críticas destructivas, el temor a equivocarnos…

Hace no mucho leí una frase que se me quedó grabada decía “Nada cambia en las organizaciones si no cambia el estilo de sus líderes”, lo que primero que hice fue excluirme de aquella frase para así evadir mi responsabilidad, después vino a mí esa pregunta:

Qué es un líder en una organización?

“Persona a la que un grupo sigue reconociéndola como jefe u orientadora”, esta definición jamás habla de jerarquías, ni puestos…habla del impacto que una persona tiene sobre un grupo…con esto me di cuenta que cualquiera de nosotros tiene la capacidad de ser uno, al atrevernos a hablar en vez de a callar, a comprometernos en vez de buscar pretextos, a comprender en vez de juzgar, a proponer en lugar de criticar….

Tengo la creencia de que si se logra ver esto puede haber apoyo y sentir que se forma parte de una organización especial, que hay un fin mucho más enriquecedor, que es el sentirnos bien con nosotros mismos y con nuestros compañeros, el entregar un trabajo bien hecho, el entregar un trabajo no tan bien hecho pero con la firme convicción de aprender de esa experiencia y en un futuro entregar algo mejor, el solicitar lo que necesitamos de una manera amistosa, el convertirse en una mejor persona cada día que pasa...

Cualquiera puede quejarse de que tiene mucho trabajo, cualquiera puede gritarle a su compañero, cualquiera puede trabajar estresado tratando de sentir que hace algo, cualquiera puede culpar a algo externo, cualquiera puede quejarse de los malos tratos e injusticias, cualquiera puede criticar el trabajo ajeno, cualquiera…

Cualquiera puede imaginarse en el trabajo de sus sueños…pero solo quien tiene el coraje necesario hace de su trabajo un sueño…

sábado, 6 de abril de 2013

Dos tipos de personas


En el mundo hay personas que tratarán de que cambies:

-Unas son aquellas que te aman, tratarán que te des cuenta que sería bueno para tí el modificar algo en tu persona.

-Las otras serán aquellas que quieran usarte para su propio beneficio.

A veces no es tan fácil poder distinguirlas, sin embargo creo que para diferenciarlas se debería saber que aquella que te ama no te limita, mas bien te regala una visión de aquella persona que serías si modificaras algo en tu conducta, la que te ama te obsequia alas, aunque podría llegar a molestarte, en tu interior resuena el eco de una voz que te dice "Cambia, él o ella tiene razón".

La que te ama buscará el momento adecuado para decírtelo, tratándo de no lastimarte y teniendo muy claro que es probable que no quieras escucharlo y hacerle caso; respetará tu decisión a pesar de que le duela; podrá alejarse de tí o seguir insistiendo sin embargo su partida no te hará sentir abandonado ni su insistencia obligado.

Es tonto pensar que tu ser se puede amoldar a aquello que alguien espera de ti, las personas que usan utilizan como motor la culpabilidad, la palabra egoísta, reclamos sobre tu actuar... Podrán apagar tu espíritu y tus ganas de luchar, podrán hacerte dudar de tus valores y tu manera de vivir, sintiendote indigno de un buen trato y de merecer ser amado.

No hay que ser esas personas que tratan de usar a otras, que limitan, juzgan y hacen dudar de su capacidad a aquellas que nos dan su confianza, las que creen que su modo es el mejor, definiendo las reglas generales de lo correcto e incorrecto.

Cuando las personas son libres su amor es imperfecto pero es real, aquello que obtengamos de las personas sin libertad, será control, miedo, dominación pero jamás será amor.

Y con respecto a aquellas que nos amen no hay que huir de su verdad, de su retroalimentación, nos ayudarán a ser mejores humanos y finalmente aprenderemos junto con ellas a amar de verdad.

jueves, 14 de abril de 2011

Ser como un río...


Si me atreviera a ser como un río no temería ir al norte o al sur,
sabría que cualquier camino me llevaría hacia el mar…

Si me atreviera a ser como un río no pensaría que me falta algo,
sabría que tengo todos los elementos para ser agua…

Si me atreviera a ser como un río no me preocuparía que se cerraran caminos,
sabría que la naturaleza es siempre sabia…

Si me atreviera a ser como un río ninguna piedra sería un obstáculo,
sabría que mi fuerza poco a poco la desgastaría …

Si me atreviera a ser como un río no tendría ninguna prisa,
sabría que no habría posibilidad de quedar estancada...

Si me atreviera a ser como un río no dudaría de mi propia grandeza,
sabría que Dios no se equivoca y me hizo perfectamente imperfecta…

Si me atreviera a ser como un río no habría nada que hacer o que no hacer,
sabría que lo verdaderamente importante es simplemente: ser…

Si me atreviera a ser como un río renunciaría a marcar el camino,
sabría que tendría que avanzar por siempre a mi propio ritmo...

Confiando en las marcas de las montañas y los bosques,
segura de fluír, de que todo es como debería de ser...

martes, 8 de marzo de 2011

Ser mujer


Ser mujer no es solo adornarse con joyas y maquillaje,
Ser mujer es arreglar tu interior de honestidad y coraje.

Ser mujer no es solo tener la capacidad de tener hijos,
Ser mujer es enfrentar tus miedos para con ellos, no repetirlos.

Ser mujer no es tener un hombre para no sentir la soledad,
Ser mujer es formar una relación de pareja y en ella encontrar tu libertad.

Ser mujer no es solo hablar del poder que encierra nuestro ser,
Ser mujer es utilizarlo para llenar el mundo de ternura y de fe.

Ser mujer no es competir diariamente con otras mujeres,
Ser mujer es revelar esa fortaleza escondida en las miradas de todas ellas.

Ser mujer no es solo haber nacido con un cuerpo femenino,
Ser mujer es ver tus formas, tus colores,
y por siempre ser capaz de amarte a lo largo del camino…

jueves, 20 de enero de 2011

Te necesito


Te necesito, no como algo imprescindible, pero te necesito.

Te necesito para encontrarme a mí misma,
pero también para ayudarme a salir de mí.

Te necesito para aprender a aceptarte,
a renunciar a ese caprichoso ser infantil.

Te necesito no para aconsejarte,
sino para enseñarnos juntos a vivir.

Te necesito para creer, para seguir alimentando,
esperanza dentro de mí.

Te necesito no para cambiarte,
sino para recordar lo bello que es vivir.

Te necesito para saber que mientras no te falle,
seguirás confiando en mí.

Te necesito no para juzgar tu forma de ser,
sino la manera como me haces sentir.

Te necesito para encontrar esos lugares,
que son invisibles para mí.

Te necesito para arriesgarme,
para dar esos pasos que me harán llegar a tí.

Te necesito para que transformes mi persona,
en una mucho más valiosa.

Te necesito para aprender a amarte,
y cada día dejar amarme más y más por tí ...

martes, 18 de enero de 2011

¡Construye!


El sol se había metido apenas unos instantes atrás, pero él seguía caminando.

Sobre un camino árido que veía sin fin, iba sintiendo como las piedras se metían en sus zapatos, lastimándole los pies. Poco a poco comenzaba a perder la esperanza de llegar a algún lugar.

En eso apareció un hombre que caminaba a su lado, podía ver que aún su calzado permanecía intacto logrando avanzar mucho más rápido, parecía no tener problemas al andar. Buscando su mirada, el individuo ni siquiera le dirigió la palabra, rápidamente lo perdió en la oscuridad de la noche, así sin más.

Cansado decidió hacer una pequeña cama improvisada y pasar lo que restaba de la noche tratando de descansar, no había pasado mucho tiempo, cuando una voz lo despertó al alba, diciéndole: ¡Construye!

Confundido se levantó y sin haber dormido lo que él creía ser suficiente, le hizo caso a esa señal y se fue en búsqueda de algunas ramas sin saber con certeza, lo que construiría. Entrelazó unas con otras, creando una estructura la cual aún no tenía forma, comenzó a rendirse creyendo que era una tontería, ¡él no sabía hacer esas cosas! siempre había carecido de esa habilidad. Tiró hacia el otro lado el intento de creación, la cual a sus ojos era un caos sin sentido.

En eso la voz nuevamente le decía ¡Inténtalo de nuevo, no desistas! Acercando a sí las ramas unidas, las tomó entre sus manos. Recordó que tenía una manta que utilizaba para cargar sus pocas pertenencias de un lado a otro; entre ellas una botella de agua, un par de zapatos, un reloj, una brújula, ropas y algunos trozos de pan.

Si decidía tomar la manta para unificarla con la estructura, debería renunciar a cargar con él, todo esto. Rápidamente y sin pensarlo demasiado, se echó a la bolsa de su pantalón todos los trozos de pan que pudo, vació la botella tomando toda el agua que quedaba en ella, se cambió el calzado y comenzó a caminar; cada paso lo alejaba cada vez un poco más y volteando hacia atrás le costó trabajo no regresar por aquellas cosas que creía indispensables.

Sediento comenzaba a pensar que había sido un error, no aguantaría sin tomar agua mucho tiempo y además no sabía que haría con esa manta. Pensó que aún podía regresar a aquel lugar, tal vez seguirían intactas sus cosas. Pero si regresaba corría también el riesgo de quedarse en el camino, ya que no había visto algún depósito de agua, y su cuerpo ya no soportaría una caminata tan larga.

Dejando sus pensamientos y las sensaciones de su cuerpo, comenzó a trabajar de nuevo. Colocando la manta en su invención, ésta empezó a tener forma, pero aún no descifraba su utilidad. Hora tras hora pasaba trabajando en su creación, finalmente acomodó la estructura y siguió caminando para encontrarse con algún riachuelo que le permitiera calmar su sed.

Poco después divisó a unos metros un pozo pequeño del cual tomó toda el agua que necesitaba, satisfecho volteó hacia el horizonte viendo como se acercaba el mismo hombre que lo había dejado atrás, aquel que lo había ignorado algunas semanas antes.

Al llegar a él, éste le dijo - hasta aquí termina el camino, no llegarás más lejos - al mismo tiempo que señalaba un despeñadero de muchos kilómetros de profundidad.

-He decidido quedarme aquí hasta lo que dure el agua del pozo, después de eso moriré- suspiró - Deberías hacer lo mismo - dijo con desgano.

Parecía ser un buen plan, ya no caminaría, ni se cansaría, tendría agua cómodamente (aunque limitada) pero podría esperar a que lloviera y de nuevo se llenara el pozo, tal vez su vida mejorara, a capricho de la suerte y el tiempo.

Ya había caminado tanto, sus pies estaban cansados y su esperanza de encontrar algo mejor casi se esfumaba.

Al día siguiente de nuevo esa voz lo despertó, ¡Vuela! le decía. ¿A qué se refería, qué era lo que le estaba tratando de decir? En eso recordó las veces que trabajó noches enteras con la voluntad de crear algo nuevo renunció a todo lo que aparentemente le pertenecía. Comenzó a observar su invento, lo vio de frente, se apartó un poco para visualizarlo mejor; pero por más que lo observaba no entendía lo que era.

Una ráfaga de viento arrastró el objeto y con sorpresa pudo ver como se desplegaba hasta que finalmente se abrió. Lo acomodó entre sus brazos corriendo hacia el precipicio, con mucho miedo se dejó llevar. Su creación ahora era parte de sí mismo e inmediatamente lo elevó por los cielos.

Dejando atrás al hombre, escuchó como le gritaba ¡regresa, no ves que más lejos, no llegarás! Pero él ya se encontraba volando y sintiendo el viento empezó a disfrutar el viaje que acababa de emprender.

Ahora podía divisar desde los aires magníficos paisajes, verdes praderas y sobre todo podía elegir en qué lugar quería aterrizar.